El accidente ocurrió debido a una serie de errores humanos y de comunicación. La tripulación de vuelo no siguió adecuadamente los procedimientos de aproximación y aterrizaje bajo condiciones meteorológicas adversas. Además, hubo una falta de comunicación clara entre la tripulación y el control de tráfico aéreo sobre la altitud y la posición del avión durante la aproximación.

Trágicamente, las 196 personas a bordo, sufrieron heridas mortales junto con 7 personas más en tierra.

Este accidente llevó a una revisión exhaustiva de los procedimientos de seguridad de la aviación y condujo a mejoras en la formación de tripulaciones y en los sistemas de gestión del tráfico aéreo en Taiwán.

El vuelo 676 de China Airlines es recordado como uno de los accidentes más devastadores en la historia de la aviación en Taiwán y sirvió como un recordatorio de la importancia crítica de la seguridad en la aviación y la necesidad de estar siempre vigilantes ante los riesgos potenciales.