Eduardo Galeano dijo «Si me caí es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena aunque me caiga». Lo importante no es cuánto se anduvo como tal, sino más bien cómo se anduvo y la huella que se marcó al andar y tropezar.
No hay nada que nos defina tan bien como humanos que nuestra capacidad de tropezar, aunque en estos tiempos el tropezar no esté bien visto y mucho menos pasear nuestras emociones cuando estamos en el suelo, pero ¡menos mal que existen las piedras para recordárnoslo!