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AL PASAR JUNTO AL MESERO EL MILLONARIO QUEDÓ PARALIZADO AL VER SU COLLAR... EL MISMO QUE...

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Una Historia Increible

AL PASAR JUNTO AL MESERO, EL MILLONARIO QUEDÓ PARALIZADO AL VER SU COLLAR... EL MISMO QUE...

Diego, un joven de 22 años que creció en un orfanato, siempre soñó con encontrar un lugar donde pudiera sentirse parte de algo más grande. Después de años de trabajos temporales e inciertos, finalmente consiguió un empleo fijo como mesero en el renombrado restaurante de Alejandro Martínez, uno de los empresarios más influyentes de la ciudad. En la mañana de su primer día, Diego se levantó temprano, ansioso y nervioso. Se puso su uniforme impecable y salió de su pequeño departamento, ubicado en un barrio modesto. Al llegar al restaurante, fue recibido por Tomás López, el severo gerente, que tenía la reputación de ser extremadamente exigente con sus empleados. Tomás, un hombre de mediana edad con ojos penetrantes, observó a Diego de arriba abajo, evaluándolo rápidamente. "Diego, ¿verdad?" dijo Tomás, sin rodeos. "Aquí, esperamos nada menos que perfección. Este trabajo no es para los débiles. ¿Entendido?" "Sí, señor" respondió Diego, con una voz firme, pero por dentro, su corazón latía acelerado. Tomás condujo a Diego por el restaurante, mostrándole cada detalle del funcionamiento. El salón era elegante, con candelabros de cristal, mesas impecablemente arregladas y un aire de sofisticación que intimidaba.

Diego se esforzaba por absorber toda la información, decidido a no decepcionar. Mientras Diego se familiarizaba con sus nuevas responsabilidades, Alejandro Martínez regresaba de un largo viaje de negocios. Alejandro, un hombre de unos 50 años, elegante y carismático, tenía una presencia que imponía respeto. Al entrar en el restaurante, sus ojos inmediatamente se posaron en Diego, quien estaba sirviendo una mesa cerca de la entrada. Había algo especial en el joven que capturó la atención de Alejandro. Tal vez fuera la determinación en los ojos de Diego o la manera en que se movía con una combinación de nerviosismo y dedicación. Alejandro observó en silencio por un momento antes de dirigirse a Tomás. "¿Quién es el nuevo mesero?" preguntó Alejandro, con curiosidad. "Se llama Diego, señor. Empezó hoy" respondió Tomás, manteniendo el tono profesional. Alejandro asintió, aún observando a Diego. "Asegúrate de que tenga todo el apoyo necesario. Quiero ver cómo se desenvuelve" dijo Alejandro antes de retirarse a su oficina. El día siguió intenso para Diego, quien, a pesar del nerviosismo, logró realizar sus tareas con competencia.

posted by smerkovich1p