Ejercicio dadá de disolución del lenguaje, realizado para ser exhibido durante el 2do Festival Transterritorial de Cine Under. Vagamente inspirado en Aullidos en favor de Sade, de Guy Debord. Es en realidad una máquina del tiempo para preservar unos cassettes lastimosos, que datan de la época en que éramos amantes con Carlos Hugo Christensen. A esos audios inescuchables les sumé una entrevista con el amigo Ricardo Becher, pero de la generación históricamente opuesta a Christensen, que volví inmirable mediante tachaduras cuadradas en el rostro ¡más de un lustro antes que Bowie en The Next Day! y, claro, también inescuchable. En síntesis, una película imposible de ver y de escuchar, un verdadero "anticine" para que los espectadores aúllen, como en la película de Debord, por su "liberación". Tuve la impudicia de dedicarle un estreno comercial cuando comandaba el Artecinema Constitución, en uno de los horarios que nadie quería nunca, porque estaban siempre vacíos. Extrañamente, un par de locos del Borda, de los que a veces venían porque les hacíamos descuento, la eligieron durante un par de semanas consecutivas para sentarse a charlar frente a ella.