En una animada mañana de sábado de gloria, Alma Coronel, Hebert Herrera Coronel, Ale Chispitas y Homar Acuña se aventuraron en el corazón del centro histórico de Jerez, Zacatecas, ansiosos por sumergirse en la vibrante celebración que caracterizaba este día especial.

Al llegar al bullicioso centro, fueron recibidos por una atmósfera de algarabía y jubilo. Las calles estaban adornadas con coloridas guirnaldas y banderas que ondeaban al viento, mientras que los puestos de comida y bebida ofrecían una variedad tentadora de manjares tradicionales y refrescos.

Decididos a experimentar plenamente la tradición del sábado de gloria, se unieron a la multitud que se congregaba en la plaza principal. Allí, presenciaron cómo la gente disfrutaba de la música en vivo, bailando al ritmo de las bandas locales y compartiendo risas y conversaciones animadas.

Sin embargo, lo más característico de este día era la costumbre de "tomar", una práctica arraigada en la cultura zacatecana que consiste en degustar bebidas alcohólicas, especialmente el famoso mezcal de la región. Los amigos se sumergieron en la experiencia, probando diferentes variedades de mezcal y brindando por la vida y la amistad.

Entre sorbo y sorbo, compartieron anécdotas y risas, creando recuerdos que perdurarían en el tiempo. La energía contagiosa del lugar los envolvía, haciéndolos sentir parte de algo más grande, de una tradición centenaria que celebraba la alegría y la camaradería.

A medida que avanzaba el día, el sol brillaba en lo alto del cielo azul, iluminando la escena festiva que se desarrollaba a su alrededor. Con el corazón ligero y el espíritu elevado, Alma, Hebert, Ale y Homar se despidieron del sábado de gloria en el centro de Jerez, agradecidos por haber vivido una experiencia tan memorable y llena de vida.