Evita Muñoz nació para ser artista, así lo vaticinaba su destino desde que era niña. Fue fotogénica, creativa y tenía una memoria privilegiada. Devoraba los argumentos teatrales para asombro de muchos.
Su carisma y talento le permitieron llegar al corazón del público que la admiró desde niña en gloriosas películas del cine en su época aurea.
Vivió y disfrutó todas las etapas de su carrera en los escenarios, profesión que dedicó con gran pasión.