“¡Todo está perdido! ¡No puedo más!” Estas pueden ser algunas frases de uso cotidiano en temporadas de desafío y desánimo.

Tiempos donde existe frustración en el matrimonio, retos en la crianza de los hijos o desafíos en el trabajo; ahí es cuando somos tentados a ver todo de manera negativa y quejarnos.

Cuando pareciera que la mejor solución es “tirar la toalla” y rendirnos. Incluso querer abandonar todo sin importar las consecuencias que esto pudiera ocasionar

Todo aquel que quiera alcanzar la promesa de Dios para su vida, tiene que saber que no será fácil; pasaremos por tiempos de formación de carácter, temporadas de adversidad y reformación de prioridades.

Sin embargo, lo mejor de todo esto es que Dios no nos dejará solos, para los que hemos creído, ¡Dios nos promete que estará ahí para ayudarnos y fortalecernos en el proceso!