Con un narcisista todo comienza con un romance vertiginoso: flores todos los días, un nivel de intimidad que se siente como si fueran almas gemelas y una pareja que parece adorar el suelo que pisan. Las primeras etapas de salir con un narcisista son embriagadoras, pero en unas pocas semanas o unos meses, la máscara comienza a deslizarse y tu pareja revela su verdadero yo.