El Bronx de Nueva York, el “original” por llamarlo de algún modo, sería conocido mundialmente casi como sinónimo de decadencia urbana en el siglo XX. En sus calles sobrepobladas de comercios, se disputaban el territorio distintas culturas. Italianos, irlandeses y judíos habían ido ocupando este barrio obrero que sería representado en infinidad de películas y series de TV como cuna de gángsters, boxeadores y buscavidas. En sus calles se desarrollan clásicos del cine desde El Padrino a Fuerte Apache, con Paul Newman. En ese barrio hemos visto a Viggo Mortensen en Green Book, Robert De Niro en Una Historia del Bronx y hasta Jackie Chan en Rumble in the Bronx. Todo esto sirvió para inmortalizar aquella imagen de cara oscura de la ciudad, de lado B de la pujante Nueva York.
En muchos países latinoamericanos, otras zonas conflictivas comenzaron a llamarse coloquialmente “El Bronx”, pero el caso colombiano quizás sea el más extremo de todos.
Pero vamos a los orígenes mismos del barrio. La historia de la zona está marcada, como era de esperar, por un momento de auge y otro de estrepitosa caída. “Desde el siglo XVII, la plaza de San Victorino era donde llegaban los carruajes y con ellos los jinetes. Allí, se le hacía cambio de herradura a los caballos y había pequeños alojamientos para los turistas”, cuenta Fabio Zambrano, historiador del Centro de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional en un artículo del diario El Tiempo.
Ese punto estratégico de convergencia para viajeros y comerciantes creció a la par que la ciudad y sus medios de transporte, especialmente el ferrocarril de Cundinamarca.
Pero el panorama se fue transformando y la zona comenzó a ser un imán para el comercio minorista de drogas y, como tal, un punto de reunión para adictos y vendedores. En torno a la Plaza se empezarían a establecer puntos de procesamiento para la venta ilegal de oro, armas y alcohol contrabandeado. Hacia 1961, la inundación del río San Francisco provocó que los vendedores ambulantes fueran trasladados a un espacio techado en la Plaza, que acabaría aceitando esa incipiente venta ilegal.
Para entender cómo se formó el Bronx debemos trasladarnos a poca distancia, rumbo a El Cartucho, una calle del antiguo Barrio de Santa Inés que a partir de los años 80 comenzó a ser ocupada por narcotraficantes. El Cartucho sería una suerte de prototipo de lo que vendría más adelante en el Bronx, a unos pocos metros de distancia. Allí comenzaron a oirse las primeras historias de redes de prostitución, asesinatos y mutilaciones.
“Rápidamente fue ocupado por desplazados. La demolición de la plaza central de mercado y de la Iglesia Santa Inés para dar paso a la carrera décima también influyeron en su deterioro, así como su condición de terminal de transporte y sitio de bodegas de reciclaje”, contó Clemencia Ibáñez, quien colaboró con la intervención y recuperación del barrio.
Es que hacia finales de los años 90, bajo el gobierno del alcalde Enrique Peñalosa, se decidió acabar con el flagelo social que implicaba el crimen desatado en esas calles. La única vía para recuperar aquellos sitios copados por las pandillas y homicidas parecía ser la demolición total y su construcción desde cero.
Para llegar a lo que el Bronx significó en sus años más oscuros, es importante detenernos en los sucesos ocurridos el 9 de abril de 1948, nada menos que El Bogotazo. Los disturbios surgidos a partir del magnicidio del líder del Partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán, marcarían a sangre y fuego el acelerado proceso de deterioro del casco urbano. La delincuencia comenzó a extender sus redes en las calles de varios barrios, especialmente en las proximidades a las terminales de transporte y plazas. El Cartucho supo albergar todo tipo de fechorías, pero su desmantelamiento sólo aceleró la decadencia a pocos metros de allí, en “La Ele” adyacente a la Plaza de los Mártires.
El Bronx recibió todo el flujo delincuencial que se había quedado sin base de operaciones y rápidamente las calles que hasta entonces tenían una vida urbana normal, con comercios mayoristas y casas, empezó a transitar una oscura transformación.
El Bronx comenzó a reproducir aquello que antes ocurría en El Cartucho, y mientras aquel lugar se fue “limpiando”, todo lo contrario ocurrió a pocos metros.


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Guión: Malena Baños
Edición: Abril Sanz
Producción: Adriana Chilito

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Adriana Chilito