Este gigante de metal condenado a muerte, que ha transportado petróleo, carbón, metal, contenedores o pasajeros por última vez, adquiere velocidad por última vez. Este trayecto será muy corto: en solo unos minutos el barco se estrellará contra una playa de arena a toda velocidad. En este momento, se parece a una ballena desafortunada que decidió ser arrastrada a tierra, pero si el comportamiento de las ballenas para las personas sigue siendo un misterio, entonces todo está muy claro con el barco. Se ve como diminutas personas se suben inmediatamente, como hormigas, de modo que con la ayuda de sopletes de gas y martillos mecánicos, comienzan a destrozar sus costados. Estos son los últimos meses de la vida del barco y, al mismo tiempo, un negocio altamente rentable pero extremadamente peligroso que se cobra decenas de vidas.
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