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“Raquel, ¡ven a jugar a las escondidas con nosotras!”

“Oye Raquel, ¿te quieres venir a quedar a mi casa después de la escuela?”

“¿Puedo jugar con ustedes?”

“Iuh, Candela, ¡de ninguna manera!”

Raquel se rió y se largó junto a sus amigas.

Yo no lo entendía. ¿Por qué Raquel era tan popular? ¡Siempre era tan pesada conmigo!

Hola, me llamo Candela y vengo de Texas. ¡Por favor denle me gusta y suscríbanse!

Cuando pequeña siempre fui del montón. No era bonita. No era súper inteligente. No era popular. Era lo opuesto a mi vecina Raquel. Todos la amaban.

Una vez todos los de la clase estaban en su fiesta de cumpleaños. Raquel me había dicho el día anterior que era una fiesta de disfraces, así que le rogué a mi mamá que me comprara un traje de Harley Quinn. Llegué a la fiesta, pero para mi horror, ¡ni una sola persona estaba disfrazada! Yo era la única.

“Oh, ¡miren quién está aquí! ¿Se supone que es Harley Quinn? ¡Es más como HardlyAQueen!”

Todos se rieron de mí. Umm. ¡Ni siquiera era un buen chiste! Estaba por abandonar la fiesta en el acto, pero entonces otra chica apareció de prisa y se interpuso entre la multitud de chicos que reían y yo.

“¡Déjenla en paz! ¡Yo creo que se ve genial!”

Me quedé asombrada. ¿Quién era esta chica? ¡Era tan valiente! Yo nunca podría haber enfrentado a esos chicos así.

“Uuuuh, ¡Harley Quinn tiene novia!”

Toda la gente hizo sonidos de besos y rieron aún más fuerte, pero no me importó. La chica se volvió hacia mí.

“¿Estás bien?”

“Lo estoy. Gracias por defenderme.”

“Ya era hora de que alguien se enfrentara a esa Cruella.”

“¿Cómo te llamas?”

“Tammy. ¿Y tú?”

“Yo soy Candela.”

“Un gusto conocerte. ¿Quieres ser mi amiga?”

Yo estaba sorprendida. ¡No solo era valiente, también era segura de sí misma!

“¡Claro!”

Desde ese día en adelante, ¡Tammy y yo nos hicimos mejores amigas! La vida era buena. Claro, Raquel era básicamente la reencarnación de Medusa, pero con Tammy de mi lado podría soportar las burlas de Raquel. Pero entonces, un día mi vida se transformó por completo. Todo comenzó en el décimo grado.

Entré a la sala de clases y me abrí paso entre los estudiantes parlanchines. Me senté al final de la sala, como siempre, evitando llamar la atención. Desafortunadamente, Raquel me vio cuando entré.

“Oye Hermione.”

“¿Qué?”

“En serio, ¿un suéter de Gryffindor? Harry Potter es tan de hace 10 años. Me lastima los ojos.”

“Ja, buena esa, Raquel.”

Me encogí en mi asiento. Raquel estaba por decir algo más cuando de repente la puerta se abrió de golpe. Todos nos dimos vuelta a mirar, curiosos por quién haría esa entrada triunfal. De pronto, entró este tipo. Lucía genial. Llevaba puesta una chaqueta de cuero y tenía tatuajes en su cuello. Había algo más en él. Algo… misterioso.

“¿Quién es ese?”

“No lo sé. Pero es súper guapo.”

El tipo le echó un vistazo a la sala. Literalmente podía escuchar a las chicas suspirar de adoración. No podía culparlas.

Raquel se acercó inmediatamente.

“Hola guapo. Me llamo Raquel. Yo soy la que maneja las cosas aquí.”

El tipo simplemente la ignoró, avanzando. Era mi idea o… ¡¿me estaba mirando justo a mí?!