Pese a la oposición de Alemania y Francia, la Unión Europea ha decidido imponer aranceles compensatorios a los vehículos eléctricos chinos, alegando que Pekín otorga subsidios "injustos" a la producción.
Alemania, una potencia automovilística, teme eventuales represalias que perjudiquen sus actividades en el mercado chino. Aún hay abierta una ventana para negociaciones entre las partes.