Las Fuerzas de Defensa de Israel mantienen su ofensiva aérea en el sur del Líbano después de matar al líder de la milicia proiraní Hezbolá, considerada terrorista por EEUU y la UE. Mientras los israelíes festejan en las calles la muerte de Hassan Nasralá, el mundo está, entretanto, pendiente de la respuesta del régimen iraní. Los ayatolás de Teherán prometen represalias, pero no quieren llegar a una confrontación total porque son conscientes de la superioridad militar de Israel.