Querido Jesús:

Ya descansas en tu querido San Juan del Puerto, te recordamos con profundo respeto y admiración. Desde que tuve el honor de conocerte en tu encantador Café Placentines, quedé fascinado por tu carisma y tu manera única de ver la vida. Ese rincón sevillano, impregnado de tu esencia, fue testigo de innumerables tertulias y encuentros inolvidables.

Tu emisora, "La Romántica", fue un faro de sensibilidad y buen gusto, donde las ondas se llenaban de poesía y música para el alma. Posteriormente, en Radio América, continuaste deleitándonos con tu inigualable estilo, siempre comprometido con la verdad y la belleza en la comunicación.

Tu trayectoria en la televisión marcó un antes y un después en el medio. Pasaste por casi todas las cadenas de TV, dejando una huella imborrable. Tus programas, siempre innovadores, eran un soplo de aire fresco, y tu capacidad para conectar con los invitados con humanidad y empatía fue siempre admirable. Cada entrevista tuya era un viaje al interior del ser humano, un espacio donde la autenticidad reinaba y las historias se contaban desde el corazón.

Gracias por tu legado, Jesús. Tu voz, tus palabras y tu espíritu seguirán vivos en la memoria de todos los que tuvimos el privilegio de conocerte y disfrutar de tu obra. Descansa en paz, querido amigo y maestro de la comunicación.

Con eterno agradecimiento y cariño,
José Luis L. P.