El Hermano Antonio Adán le pidió al Señor que:
Lo que Dios tenía en ese vaso (El Hermano Aarón), es un tesoro que no se fue con él, un tesoro que nos lo dejó.
El Señor nos ayude a seguir llevando esa enseñanza que nos dejó el Hermano Aarón…
Que la enseñanza del hermano Aarón y el Hermano Samuel nunca se extingan, que su enseñanza no vaya a ser contaminada con ninguna otra influencia.
Que se mantenga entre nosotros limpia original, porque esta obra es de Dios.
Hoy nuestro hermano Antonio aún tiene la oportunidad como Eleazar (2ª de Macabeos 6:18) para luchar contra esa influencia externa, satánica que ha usurpado la doctrina Santa de Cristo.
Que Dios le dé el valor y la fuerza para cumplir lo que siempre le rogó al Señor.
El verdadero Evangelio no puede ser engendrado más de una vez.
Luchemos para que la enseñanza de Cristo permanezca en nuestros corazones sin la contaminación del espurio y su nueva era.