82. A LA MUERTE DE LA MUJER DE CHUANG TZU:
Murió la mujer de Chuang Tzu. Vino Hui Tzu a sus exequias. Chuang Tzu se hallaba sentado con los pies cruzados, y cantaba tocando un barreño. Hui Tzu le dijo: has convivido con esta persona; con ella has criado hijos; ambos habéis llegado juntos a la ancianidad; se muere luego esa persona; el no llorarla es ya mucho, pero cantar, tocando un barreño, ¿No es pasarse de la raya? Chuang Tzu le repuso: No, al principio, cuando murió, me afectó, como le sucede a la generalidad; considerando luego el origen de ella, y que en un principio fue cosa sin vida, no sólo cosa sin vida, sino también sin figura; no sólo sin figura sino también sin materia, que mezclada en aquella nada caótica, había evolucionado hasta adquirir su materia, y que esta materia, evolucionando, adquirió cuerpo; y que este cuerpo evolucionando, adquirió vida, y que ahora se vuelve a transformar con la muerte, y que éste, su proceso, es semejante al sucederse de las cuatro estaciones, y que ella, ahora, reposa dormida y tranquila en esta inmensa alcoba del mundo, me pareció que continuar yo gimiendo y sollozando, era desconocer el Mandato. Por eso, así, cesé de llorar.

Si alguien piensa que este canal se merece un donativo:
cuenta PayPal
[email protected]
Gracias por adelantado