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PERFECTISMO: Filosofía de la INSIGNIFICANCIA - ¿Cómo dejar de OBSESIONARSE con la PERFECCIÓN?

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Ram Talks

El perfectismo y el perfeccionismo son dos armas de doble filo bastante asiduas en la sociedad contemporánea. Este ensayo filosófico pretende abordar sus características más comunes, así como ofrecer soluciones prácticas para lidiar con el sufficiens. Y es que no son pocas las ocasiones en las que nos obsesionamos con la idea de que debemos ser los mejores en algo para aportar valor real al mundo y construir una autoestima sólida. Sin embargo, ¿es esto lo más importante?
⌚ Línea temporal:
00:00​01:40: Introducción
01:4004:04: El hartazgo
04:0406:20: La bastitis
06:2008:06: La insuficiencia
08:0617:30: El perfeccionismo
17:3028:09: El perfectismo
28:0933:20: Conclusión
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Según Ricardo Peter, el perfeccionismo torna en un patrón enquistado e inflexible de una experiencia interna de inadecuación que genera, como contrapartida al malestar que provoca dicho sentimiento, una enfermiza devoción por la estructuración: «¡Una única equivocación podría sentenciarme a la más absoluta ruina! Por ende, tengo ser exquisito hasta la médula, impoluto en mi proceder, sobresaliente en mi ejecución; ha de ser así, y no de otra forma». Así pues, el perfeccionista sufre dolencias psíquicas o distorsiones cognitivas tales como rigidez en sus esquemas mentales, falta de confianza en sus obras, necesidad de control exacerbada, autoexigencias polarizadas y dificultades a la hora de disfrutar de momentos recreativos y experiencias relajantes. Dado que el sujeto incurre en numerosos brindis al sol, fijando expectativas absurdamente irrealistas en el corto plazo que rara vez llegan a materializarse, es harto habitual verle inmerso en un grisáceo paisaje emocional con una mezcla picassiana de irritación, frustración, obstinación y desespero continuo: «no debo equivocarme jamás, necesito gustar a todo el mundo, la vida debería ser fácil, la gente ha de tratarme bien siempre y las emociones negativas tienen que ser eliminadas ipso facto. En definitiva, seré el amigo, amante, esposo, profesor o estudiante perfecto».

Por otro lado, el perfectismo se define como el sentimiento de minusvalía, impotencia y vacío del sapiens al tener conciencia de que otros miembros de su especie son capaces de desempeñar cualquier tarea mejor que él. En otras palabras, la desgarradora sensación tras entender que, con una encumbrada probabilidad, cada ápice de su praxis sea superada cualitativa y cuantitativamente por diversos individuos, e incluso por uno solo. Su oráculo de Delfos se tiñe de negro azabache, al proyectar con un rubor melancólico sus andanzas por las tierras de nadie: «oh, pobre de mí… no seré más que la sombra de la sombra del mejor. Y, en el remoto caso de que llegara a ser el mejor, sería eclipsado por las manecillas del crono, con ese infernal tictac que me devolvería a la senda de la mortalidad. ¿Para qué ser algo, entonces?». Uno de los errores de los que el perfectista hace apología es la falacia de la división, trucada al inferir que algo es verdadero acerca de una o varias partes de un todo por ser verdadero del compuesto del que forma parte: «no soy un buen matemático, biólogo, padre o creyente. ¿Qué garante poseo yo de ser un buen individuo?». Además, su lenguaje está cargado de conectivas lógicas demasiado restrictivas en sistemas abiertos y formando premisas falsas – como la condicional “si… entonces” , y se refugian en los lemas extremistas del pensamiento dicotómico: todo o nada, bueno o malo, ahora o nunca, blanco o negro, etc. Su autoconcepto está tan arraigado a los límites de los segmentos calificativos precisamente porque aplican un filtro bivalente y bidimensional a su labor, siendo incapaces de distinguir la excelencia – aquello que se dice de lo bueno – de la otredad – aquello que se dice de lo otro , al igual que el barítono que se intuye inepto por no alcanzar la tesitura del soprano, el boxeador de pesopluma que se avergüenza por no poder competir en la categoría de los pesos pesados, el defensa que se minusvalora por no marcar tantos goles como el delantero o el ingeniero que se arrepiente de su especialidad al no satisfacer las demandas más punteras del mercado.

posted by itsallpeeweeqj