La guerra civil incendia Kerbekizten, una antigua república de la Unión Soviética sumida en el caos. Se ha convertido en una zona prohibida, especialmente para los soldados estadounidenses.
Un puñado de ellos, miembros de las fuerzas especiales, se arriesgan, empero, decididos a liberar a un periodista, testigo embarazoso de una masacre perpetrada por Hasib Salienfield, un extremista de la peor calaña.