Aquí estamos nueva mente dispuestos a tomar contacto con la naturaleza,
por lo cual,
nos dirigiremos al pueblo asturiano de Cerredo con la intención de realizar una ruta, que a un que es larga, por la parte que la hacemos, merece la pena.
Así que allá vamos….

Dejaremos aparcado el coche en una explanada a la izquierda justo nada mas pasado Cerredo dirección Degaña.
Ahí, justamente, al lado de la acera,
a mano izquierda,
se mete una senda que nos conducirá hacia el rio Ibias para pasar el puente y situarnos en la margen izquierda rio abajo dirección Degaña.
A partir de ahí, nos adentramos en el bosque de robles, hayedos, acebos, tejos. Variedades autóctonas que acompañan la senda, haciéndonos disfrutar del entorno que nos rodea en todo momento hasta muy cerca de Degaña donde nos encontraremos con el camino que viene desde dicho pueblo.
Todo ese trayecto es un lugar mágico,
por lo cual,
las sensaciones que se sienten al trascurrir por él, son de un bienestar absoluto que te hacen sentir relajado en todo momento.

Justo en ese punto, tiraremos a la izquierda para continuar la pista que nos conduce a la braña de Barrocos. Aquí acaba la pista y comienza un claro camino que sube por una ladera con abundante vegetación hasta los 1600 metros, donde comienza un camino más sencillo de patear que conduce primero a las lagunas de Fasguéu y después hasta el cornón de Busmori.
Sigue el sendero hacia el Alto del Bigardón, donde el punto de vista varía, mostrando ahora el valle de Cerredo y abajo, hacia el abesedo, las praderas de la braña de Barrocos.

Justo en ese punto, cuando colocamos nuestros pies en el collado, somos sabedores que la parte dura del recorrido quedó atrás.
Desde Cerrredo hasta las lagunas, esas cinco horas de caminata, y el tramo más inclinado hasta el collado, nos hace llegar a esta reflexión.

Todo el esfuerzo realizado con mucho gusto y fatiga, ha merecido la pena ya que una vez alcanzado el objetivo, la recompensa es traducida en unas maravillosas vistas hacia el valle por el que subimos y mejores hacia las cumbres de Ancares, nos reconfortan el empeño llevado a cabo.
Una vez hemos puesto los pies en la cumbre, decidimos regresar dirección a la carretera del puerto de Cerredo para después de un pequeño tramo por ella, y justo en la cumbre del puerto, tomaremos un camino que se mete a mano izquierda para seguir en pleno descenso que después de un buen tramo, volveremos a enlazar con el camino inicial ya cerca del puente que cruzamos poco después de comenzar la ruta desde Cerredo.
Dura, pero encantadora ruta merecedora de haberla realizado.
Sigo repitiendo la máxima de que:
Sin sacrificio, no hay recompensa!!