En una aparición a la ilustre sierva de Dios, Antonia d´Astonaco en Portugal. Pidió el Arcángel San Miguel que se compusieran en su honor nueve salutaciones.
'Prometo que quien me honre de esta manera antes de la Sagrada Comunión, será acompañado a la Sagrada Mesa por un ángel de cada uno de los nueve coros. Y quienes recen todos los días estas nueve salutaciones, les prometo además mi asistencia y la de los santos ángeles durante su vida y después de la muerte los libraré del Purgatorio a ellos y a sus allegados"