Christy Corson ofrece una prédica sobre la importancia del dominio propio en la vida espiritual y cotidiana. Destaca que el dominio propio, como un fruto del Espíritu Santo, capacita a las personas para controlar sus pensamientos, emociones y acciones. Comparte ejemplos de cómo el dominio propio puede resolver problemas en diversas áreas de la vida, desde peleas familiares hasta luchas espirituales y hábitos pecaminosos.

¿Cómo podemos ejercer el dominio propio?
1) Parar de excusarse: No debemos culpar a nuestro temperamento o circunstancias por nuestras acciones. En lugar de eso, debemos asumir la responsabilidad de nuestras decisiones.

2) Tomar la decisión: Es importante decidir levantarnos cada vez que cometemos un error o enfrentamos un desafío. La perseverancia es clave.

3) Ser más tercos que el diablo: A pesar de las adversidades, debemos mantenernos firmes en nuestra fe y en nuestro compromiso de vivir una vida con dominio propio.

4) Permitir que el Espíritu Santo obre en nosotros: Dependemos de la guía del Espíritu Santo para desarrollar y ejercer el dominio propio.

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