Sin esta bella y preciosa virtud no entrarás en el cielo; será como si te faltara el bautismo. Es necesaria para que nuestras acciones sean agrdables a Dios y premiadas en la otra vida.Nuestro Señor Jesús nos dice que tan imposible nos es salvarnos sin la humildad como sin el bautismo. Si el orgullo engendra todos los pecados, podemos decir que la humildad engendra todas las virtudes.