¿Qué es la tiamina y para qué sirve?


La tiamina es parte de las vitaminas del grupo B. De hecho, fue la primera del complejo B en identificarse, y por eso es mejor conocida como vitamina B1. Es hidrosoluble, insoluble en alcohol, y ayuda a que se efectúen de manera correcta muchas reacciones químicas necesarias para el cuerpo. Participa en convertir los carbohidratos que obtenemos de los alimentos en energía.

La tiamina contribuye a mantener el buen funcionamiento de los nervios, así como la buena salud mental. Mejora la concentración y la memoria, además de aportar un efecto antioxidante que el cuerpo siempre agradecerá.

Es fundamental señalar que, a pesar de que la vitamina B1 se encuentra presente en muchos alimentos, no sobrevive al calor de la cocción. Además, un consumo excesivo de carbohidratos, como los azúcares, puede hacer que los niveles de vitamina B1 disminuyan en el organismo.


Beneficios de la tiamina.


Esta vitamina es necesaria para muchas funciones del cuerpo, al igual que los demás componentes de grupo B. Niveles adecuados de vitamina B1 aportan muchos beneficios a la salud. Veamos algunos de estos.
Mantiene la buena salud mental

Mejora el tiempo de reacción, concentración y retención del cerebro, contribuyendo a un buen funcionamiento mental. Si falta, se nota. Está demostrado que la depresión muchas veces se debe a bajos niveles de vitamina B1. Además, sufrir de deficiencia de vitamina B1 por un tiempo prolongado, puede provocar enfermedades como la demencia o el Alzheimer.
Favorece la masa muscular y la energía

Para quienes mantienen una actividad física constante, es necesaria la ingesta regular de vitamina B1. Evita la fatiga y los espasmos musculares después de actividades físicas intensas, además de favorecer el desarrollo muscular y reducir la tensión. Aumenta la energía y la resistencia durante el ejercicio. Si bien la actividad física disminuye la vitamina B1, esta puede reponerse.
Tiene acción antioxidante

La tiamina se puede utilizar para prevenir el daño oxidativo que causan, por ejemplo, el alcoholismo y el tabaco. Todo el cuerpo se beneficia de la acción antioxidante de esta vitamina, protegiendo las células del cuerpo de su destrucción y muerte prematura.
Contribuye a la salud cardiovascular

La tiamina participa en la producción del ácido clorhídrico, esencial para la buena función cardiovascular. También ayuda a la producción de la sangre, mejorando la circulación.

Son muchos los beneficios que el cuerpo obtiene al mantener niveles apropiados de vitamina B1. Por el contrario, cuando se tiene deficiencia de ella, el organismo se ve afectado de manera notoria y negativa.


Deficiencia de vitamina B1 o tiamina.


Es muy difícil conseguir una persona con déficit de vitamina B1, porque podemos encontrar muchos alimentos de consumo diario, como la harina blanca y los cereales, que están fortificados con ella.

Sin embargo, hay un grupo con factores de riesgos que les puede resultar difícil obtener los niveles de vitamina B1 necesarios. Veamos qué factores pueden influir en ello.

Ejercicio físico intenso. La tiamina se encarga de convertir en energía las grasas y los carbohidratos, por lo que con mayor esfuerzo físico se requerirá mayores cantidades de vitamina B1. Si no se repone, la persona puede perderla por completo.
Estrés constante. Hace que el cuerpo se mantenga en una pérdida constante de energía, debido a que se prepara para una situación de peligro, así no exista. Por esta razón, los niveles de vitamina B1 disminuyen si este problema es continuo.
Consumo desmedido de calorías. Consumir alimentos altos en calorías, como algunas bebidas y postres, hacen que el organismo convierta en energía lo que consumimos. El problema es que, cuando consumimos muchos alimentos dulces, pueden tener un efecto contrario e inducir a la fatiga.
Dietas bajas en carbohidratos. Tomando en cuenta que la vitamina B1 se extrae de los alimentos, en el caso de quienes tienen problemas para consumir suficientes carbohidratos o padecen desnutrición, suelen tener niveles bajos de tiamina.
Alcoholismo. El alcohol hace que a los intestinos les sea difícil absorber la tiamina que ingerimos en los alimentos. Esta es una de las principales razones por la que algunas personas presentan insuficiencia de tiamina en su cuerpo.

La deficiencia de vitamina B1 se puede presentar con síntomas como los siguientes: debilidad, nerviosismo, irritabilidad, espasmos musculares, trastornos gastrointestinales, dolores de cabeza, entre otros.