¿Haz imaginado que estás frente a Dios? te has puesto a pensar ¿cómo sería? En Exodo podemos ver cómo Dios era tan real y tan tangible, que el rostro de Moisés brillaba tanto, que el pueblo tuvo miedo.
Cuan mayor es la revelación, mayor será la transformación. No hay nada mejor que un Cristiano que experimenta y deja ver lo que Dios hace a través de su propia transformación.