Con las pilas recargadas después de diez días de relax en Rishikesh nos armamos de valor para volver a pisar las carreteras y seguir hacia el norte.
Nada más y nada menos que a Kedarnath, uno de los sitios más “holy” del país y de la cultura hindú. 230 km al norte de Rishikesh, los primeros 215 son accesibles por carretera, con una subida desde los 340 msnm de Rishikesh hasta los cerca de 2000 de Gaurikund, donde termina el asfalto.

A lo largo de la ruta nos hemos encontrado con otros lugares también sagrados para la cultura hindú tales como Devprayag (a 70 km de Rishikesh), donde se unen los ríos Bhagirathi y Alaknanda dando lugar al nacimiento oficial del Ganges, o la localidad de Rudraprayag (a 140 Km de Rishikesh), donde se juntan los ríos Alaknanda y Mandakini.

Para llegar a Gaurikund hemos empleado dos días y dos noches de acampada. Seguramente hacer autostop en tiempos de coronavirus es más complicado. Esta interesante y bonita población de montaña vive del turismo de peregrinaje. Sus calles están repletas de tiendas, restaurantes, puestecitos y habitaciones. Todo el que va a Kedarnath a pie tiene que hacer al menos una noche en Gaurikund, ya sea a la ida o a la vuelta. Nuestra tercera noche de acampada la hicimos aquí porque habían cerrado el camino de subida a Kedarnath por ser ya tarde.

Desde Gaurikund emprendemos a pie los 15 últimos km. Se trata de un camino empinado donde pasamos de los 2000 a los 3600 m de altitud. Es un trekking duro, por lo que hay peregrinos que optan por subir en burros o caballos... e incluso en helicóptero. Nosotros hacemos el trekking andando porque además del reto que nos supone hacerlo caminando, la explotación de los animales me genera mucho rechazo. Hacerlo a pie tiene mucho sentido, sufriéndolo y en compañía de las miles de personas de fe: nunca había visto algo igual.

Qué subidón cuando por vimos Kedarnath a lo lejos. Fue un momentazo, uno de los episodios más célebres del viaje. Había una larga cola y yo era el único extranjero. La gente cantaba oraciones a Shiva. El templo como tal, por dentro, solo lo pudimos visitar durante medio minuto. De otro modo no todos los allí presentes tendrían la oportunidad de entrar. Quizá así se entienda mejor la cantidad de visitantes que recibe cada día. Otro atractivo de Kedarnath es que está a escasos kilómetros de Tíbet, resultando en una interesante mezcla cultural tibetana, nepalí e india.

En nuestro regreso a Gaurikund nos despedimos de Sai y Mago. Ellos regresaban a su casa en Hyderabad y nosotros volvemos a Rishikesh. Después de haber pasado la mitad del confinamiento con ellos y un mes viajando al norte tomamos caminos diferentes. Me dio mucha pena despedirme de Sai y Mango, que siempre estarán en nuestros corazones.

Viajeros Perrunos (Rober, Cocaí y Chai) en el Pekín Express Canino: De Madrid a China en autostop con perro. Trayectos por India.

Temas de música de fondo:
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Tema 1: Retro Soul, License code: KMNV3CHWTILH4FRM
Tema 2: A Day To Remember, License code: VL2R4R54OTVQTT4O